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Emprender no es auto-emplearse

Emprender no es auto-emplearse

Hace ya unos años que el tema de “los emprendedores” se puso muy de moda, y es que, con el paso del tiempo se han ido focalizando los esfuerzos para generar innovación que fomente el desarrollo económico de país; lamentablemente muchos de estos esfuerzos han sido insostenibles a causa de la fallas en su contextualización y en su implementación, especialmente debido al mal enfoque que se le da al tema de los emprendedores, pues no considero que emprender sea lo mismo que auto-emplearse.

El primer acercamiento que tuve con el tópico fue a través de “Aventura”, una empresa dedicada a “Desarrollar el ecosistema mexicano de Startups”, ubicada en las inmediaciones de la Colonia Roma en la Ciudad de México. Cuando se habla de Startups se plantea cotidianamente la pregunta: ¿Qué son? Startup es un término que como producto de la globalización define a las empresas innovadoras de reciente creación con características como su alto potencial de crecimiento, o el ser de base tecnológica, o que sus productos y/o servicios son de alto valor agregado y ofrecen un alto retorno de inversión con una probabilidad moderada de que eso ocurra. El concepto se difunde cada vez con mayor intensidad, sin embargo, se ha ido distorsionando pues muchas veces se confunde con abrir un “negocito”, o como coloquialmente le llaman “un changarro”.

Claramente emprender va más allá, y el núcleo de los emprendedores debería estar en las universidades, públicas y privadas sin distinción; sin embargo, aquí nos enfrentamos a que no existen suficientes modelos de rol locales y los que podrían serlo no fungen como tal, pues es esporádica la oportunidad que tienen para platicar con los jóvenes universitarios y a veces, también, son poco conocidos; aunado a esto, encontramos también que las redes de contactos de los estudiantes, usualmente se limitan a compañeros de clase. Es necesario generar grupos de trabajo multidisciplinarios y fomentar el diálogo para fortalecer ideas que eventualmente podrían convertirse en empresas.

Existen diferentes tipos de emprendimiento, por ejemplo, emprendedores seriales: quienes están creando empresas constantemente para desarrollarlas y venderlas a fin de multiplicar su capital, así reiteradamente; los emprendedores sociales: quienes están enfocados a apoyar causas que benefician a un sector de la población y los emprendedores “profesionales” quienes arrancan una empresa y se dedican a crecerla, desarrollarla y cuidarla a lo largo de su vida. Esto no clasifica la totalidad, pero si a una mayoría, y los diversifica de manera muy clara.

Uno de los esfuerzos implementados con los que no estoy de acuerdo, a los que hacía referencia al inicio, es la costumbre de elaborar un “plan de negocios” al primer intento de búsquedas de inversión, pues hacerlo te puede tomar 9 meses de estudio y desarrollo, lo que implica un trabajo excesivo para los emprendedores, una gasto innecesario de tiempo, pues lo que se elabora es una especulación sobre lo que podría ser real, y un cambio incontenible en el mercado con el cual se quiere interactuar. Alterna a esta metodología existe una conocida como “Canvas” que simplifica toda la maquetación de la empresa en 9 sectores estratégicos, esto otorga dinamismo, flexibilidad y autonomía al momento de estructurarla.

La idea de realizar el modelado de tu negocio cotidianamente es para buscar una inversión de capital de riesgo o “Venture Capital”, en donde los inversionistas ofrecen, una cantidad de dinero, asesoría de diversos tipos, espacios de trabajo y toda una cartera de contactos prospectos de clientes; una forma bastante inteligente de asociarse y que está ganando, cada vez más, terreno en el campo del emprendedurismo.

México ya no necesita más changarritos, necesita que los jóvenes que estamos preparándonos nos sentemos a clasificar los problemas de nuestras comunidades para ofrecer soluciones innovadoras, desarrolladas por nosotros o adaptadas de manera adecuada a nuestros entornos. Aprovechemos la oportunidad de conocer a más personas con éste interés y hagamos de nuestras ideas los casos de éxito de nuestra ciudad, de nuestro Estado, de nuestro País, de nosotros.